Monday, January 26, 2009


Walt Hall :: Fenceposts for a Better Tomorrow

About three years ago, Cactus Gallery put on a "$100 Show." We have always believed art should be accessible to everyone and we thought it to be a good way to attract new collectors. During the run of this show, we got to know a guy named Walt Hall; he was down with the idea of ART FOR THE PEOPLE.

Since then, we have been able to reach a hundred or so collectors, new and old, who love the idea of collecting Walt's "panels." The price of each panel has gone up since the first few he did, and rightly so, as the quality of work has grown by leaps and bounds and his popularity and recognition has also.

Having seen hundreds of panels by now, I am still impressed with the panels, the way Walt transports them and carefully hangs his wall to "tell a story." The placement of the multilingual newsprint, the birds, the hats, the nostalgia that much of it invokes gets better and better.

What's with the hierarchy of the hats? The bird walkers? The bird riders? The too infrequent appearance of the robots? The barren trees? What does it all mean? I can't make sense of it all. I don't want to. With each new batch of fenceposts that grace the Cactus walls, I am humbled by the sheer number of works that Walt has created in such a short period of time. Hat's off to you, Walt Hall, no pun intended. 

Come see why everybody loves Walt Hall. "Fenceposts for a Better Tomorrow" always available at Cactus Gallery. 

To see Walt' s work :: http://www.thesappystudio.com/
www.myspace.com/waltghall

Saturday, January 24, 2009

Matt Adrain :: The Mincing Mockingbird


Matt Adrian :: The Mincing Mockingbird

Please check out the amazing Matt Adrian! A few of his originals grace the walls of this month's BIRD is the WORD art exhibit. You can meet him, along with his equally talented fiance, Kim Bagwill, on Sunday, February 8th from 3-6pm for a closing reception for BIRD is the WORD.

See for yourself ---- www.mincingmockingbird.com

To purchase some originals, prints, card and magnets :: http://www.mincingmockingbird.etsy.com

Friday, January 23, 2009

Gimme Peace !!


The anti-nuclear emblem or the peace sign was invented on the request of Lord Bertrand Russel, head of the British ‘Campaign for Nuclear Disarmament’ (CDN) and sponsor of mass marches and sit-downs in London in 1958.

The symbol was quickly adopted in the US when a friend of Martin Luther King Jr., Bayard Rustin, began using it during civil rights marches. The power of this symbol is emphasized by the fact that various far-right and fundamentalist American groups, during the 1970s, seriously considered forbidding it.

Deliberately never copyrighted, the symbol is recognized as a symbol of freedom, so it is free for all.

Check out our GIMME PEACE collection :: 
http://www.etsy.com/shop.php?user_id=79481&section_id=5616047

Wednesday, January 21, 2009

Puro Matero


El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida.

En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse.

El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y
te hace pensar cuando estás solo.

Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es "hola" y la segunda "¿unos mates?".

Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres.

Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros.

Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian. Es lo único que
comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara.

Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno.

Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.

Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar,
y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate.
Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce,
muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.

Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates.

La gente pregunta, cuando no hay confianza: "¿Dulce o amargo?". El otro responde: "Como tomes vos".

Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre,
en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia,
con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino
tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie.

Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un
hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir
lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por
primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí.

El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa,
en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto
de amor, o algo: pero no es un día cualquiera. Ninguno de nosotros nos acordamos del día en
que tomamos por primera vez un mate solo. Pero debe haber sido un día importante para cada uno.

Por adentro hay revoluciones. El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de
valores...

Es la solidaridad de bancar esos! mates lavados porque la charla es buena. La charla, no el mate.

Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y es la
sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!".

Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para
preguntar, estúpidamente, "¿está caliente, no?".

Es la modestia de quien ceba el mejor mate.

Es la generosidad de dar hasta el final.

Es la hospitalidad de la invitación.

Es la justicia de uno por uno.

Es la obligación de decir "gracias", al menos una vez al día.

Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.